Un sorbito en mitad del desierto. Un pequeño paso en el camino hacia una revolución global para llevar agua a las comunidades amenazadas por la aridez, la sequía y el cambio climático. Una taza y media cada día, potable y límpida, extraída del mismo aire por un artefacto construido con materiales comunes y que no necesita electricidad. Así es el cosechador de agua (water harvester) de la Universidad de Berkeley, que ha sido presentado en la última edición de Science Advances.
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