La escasez de agua es una de las grandes amenazas para la población mundial. Las sequías son responsables de alrededor del 40% de las pérdidas de cultivos en todo el mundo y las previsiones científicas sobre el impacto del cambio climático no invitan a augurar un futuro más optimista. Un equipo de científicos españoles se ha rebelado contra este pronóstico catastrofista y tras cinco años de trabajo, ahora pueden por fin cantar una pequeña pero incontestable victoria: han logrado diseñar plantas tolerantes al estrés hídrico sin perjuicio de su crecimiento.
Un avance de la biotecnología vegetal, el de los cultivos mejor adaptados, que lidera desde el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) de Barcelona la investigadora del CSIC Ana I. Caño-Delgado.
Sin embargo, ella y los miembros de su equipo también se enfrentan a sus propias amenazas: la falta de incentivación de patentes y las restricciones europeas a la edición genómica.
Pero la investigadora no se rinde y asegura estar dispuesta a seguir «dando caña» para minimizar los efectos adversos de la sequía en la seguridad alimentaria del planeta.





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